Había un hombre tan delgado, tan delgado que cuando barría parecía que la escoba bailaba sola.
Doctor, nadie me hace caso...¡Que pase el siguiente!
En el dentista. ¿Quiere usted que le duerma las muelas?
Bueno, con tal de que se despierten antes de la cena...
Por el equipo redactor 5